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La historia que no viviste – 1a. Entrega

Escrito dedicado en especial a personas menores de 40 años.

Su política de Derechos Humanos disfraza la puesta en marcha de las guerras de guerrillas en América Latina y confrontaciones religiosas en Medio Oriente.
Presidente Norteamericano quien se dedica a derrocar a gobiernos aliado en todo el mundo para desestabilizar regiones y crear negocio para la industria del armamento.

El aniversario del Golpe de Estado en contra del gobierno del general Carlos Humberto Romero en El Salvador se recuerda cada16 de octubre, su mandato presidencial finalizo en 1969.

Presidente general Carlos H. Romero
La situación interna y la política norteamericana demandan su renuncia. El gran capital acata las ordenes de la Casablanca y el país se hunde

Su derrocamiento fue dirigido por el gobierno de los EE. UU. presidido por el entonces presidente demócrata Jimmy Carter, pero este se le adjudicó a un grupo de militares que pronto desaparecen de la escena política.

La deposición del gobierno se da por el deterioro y persecución política que los Estados Unidas implementan al demandar la aprobación de la ley “anti-sedición” décadas atrás, aprobación de ley que otorgó la venia norteamericana a los militares para que nos gobernaran casi por dos décadas. Debe entenderse que democracia para EE. UU. es la que sirve a sus intereses, y no la que se define como tal.

La intervención del imperio se asienta a partir de 1960 cuando es depuesto el presidente coronel José María Lemus. A partir de entonces se nos conduce a los salvadoreños con premeditación y alevosía al enfrentamiento y la destrucción de nuestro precario sistema productivo, la división familiar y vivir un conflicto armado que se prolongaría por más de 20 años, siendo superado en tiempo por pocos, entre ellos la guerra de Vietnam.

Esto acontece hace 53 años y si no estudias nuestra historia, no entenderás que el conflicto se vino preparando desde 1956. La represión, la explotación y miseria de las mayorías, la sucesión de los militares en la presidencia no fue casual fue un plan elaborado, prediseñado para que los salvadoreños fuésemos una clase de ciudadanos de categoría colonial, siempre dependiente de la limosna que se dignaran a darnos.

Si no me crees, continúa enterándote de las “casualidades” que se sucedieron.

Está claro entonces que James Carter es el presidente norteamericano designado para derrocar a gobiernos aliados en todo el mundo, desestabilizando regiones y creando el terreno fértil para la venta de armamento. ¿Será casualidad que se le otorgará el premio Nobel de la Paz?

Lo que relato, si no naciste en los años 50´s y no has tenido tiempo para leer nuestra historia te hace una persona vulnerable al engaño e instrumentación de personas e instituciones cuyos intereses pueden resultar perjudiciales para los tuyos o negocio.

En lo personal el hábito a la lectura, no me llevó a enterarme de esto, lo hizo la frustración de ver a mi pueblo trabajador ser objeto del engaño una y otra vez, hasta el punto de verse obligado a abandonar su tierra y familia para salvaguardar su vida y progresar.

Fue entonces, como dicen que “me cayó el cinco”. ¿Algo anda mal? Me dije. ¿He sido manipulado?  Fue esta realidad la que me conduce a escribir y esto a leer para dar respaldo a lo escrito, y finalmente me convierto en una fuente de información que busca al menos brindar una interpretación diferente de lo que los medios de difusión, instrumentos de unos pocos, te hacen creer. Claro quizá el 1 % me lea, él 0.05 no me crea y él otro 0.05 lo investigue, pero esto me da un 100 % de satisfacción.

El porcentaje de libros de historia publicados es reducido, existen detractores de la lectura quiénes aseguran que cada historiador relata lo que le conviene y este caso puede darse, pero no es mi caso, trato de ser imparcial y objetivo, además proveo las referencias que justifiquen lo que escribo, ayudado en ocasiones por el paso del tiempo que actualiza la historia antes se desconocía.

Los lectores deben tener claro que la historia relata sucesos acontecidos en la vida real, a ellos se pueden agregar sucesos vividos por el autor, también se debe detallar la fuente de la información, las fechas de eventos mencionados y por supuesto, citar a los protagonistas de los acontecimientos.

Otro elemento dentro de la literatura histórica importante es que el escritor conserve la equidad en lo relatado evitando ser parcial, la objetividad de lo que transmite debe mantenerse pues finalmente no se pude evitar el efecto de inducción que se producirá en el lector y de esto dependerá que en el futuro adquiera o no tus obras.

En mi caso la veracidad es vital pues deseo la reconciliación de mi pueblo, que fue polarizado por décadas como enemigos irreconciliables de izquierda o de derecha.

Gracias a Dios, a estas alturas del siglo XXI creo que la mayoría tiene claro que ni la llamada derecha que gobernó por 20 años brindo oportunidades a los salvadoreños y tampoco lo hizo la izquierda que gobernó 10 año y los simpatizantes de ambos ven desilusionados a sus líderes enriquecidos ilícitamente huyendo o adoptando otras nacionalidades intentando evadir la justicia.

Creo quienes leen estarán de acuerdo conmigo.

Por esta razón pienso que, de no haber interés en los salvadoreños por conocer su historia, se volverá difícil el elegir el gobierno que facilite los medios para la educación y superación, aún qué la toma de consciencia es inevitable. Alcanzado este punto ya no se permitirá a los dueños de partidos de derecha e izquierda continuar malversando nuestros recursos, la mayoría no votará por ellos y enriquecimiento ilícito acabará.

Obstáculos siempre habrá pues existen aquellos para quiénes aún la Unión Soviética y Fidel siguen siendo amenaza e intentan dar paja con el petate del muerto. Otros no se han dado cuenta que el experimento capitalista de tratar implantar un gobierno mundial fracaso en el 2016  y menos han realizan que los únicos capaces de impulsarlos al desarrollo, son ellos mismos, trabajando en unidad.

Es triste admitirlo, pero ha sido nuestro nivel de educación, el control de los medios de difusión los que permitieron polarizarnos, fanatizar, dividir nuestra sociedad, debilitándolos, volviéndonos manejables e incapaces de tomar nuestras decisiones.

No creen amigos que es tiempo de poner fin a este manejo por ajenos, a nuestro futuro.